Smart Cities

Smart Cities

Imagine una ciudad con la información que mejor se adapte a usted: desde vallas publicitarias cambiantes, hasta menús de restaurantes personalizados o incluso información en tiempo real sobre alojamientos disponibles y mejores rutas a seguir. Imagine una ciudad pensada y organizada de la manera más inteligente posible, desde el transporte hasta la gestión de desperdicio, con el objetivo no sólo de hacer la vida cotidiana más sencilla, sino también de fomentar la reducción del consumo de recursos y la protección del medio ambiente (Khanna 2016). Esto es ya una realidad más cercana de lo que pensamos y que ha originado varios debates como el que se celebró en el 27th Digital Business Congress en Lisboa, Portugal.

El término ciudad digital o inteligente se ha vuelto muy común en el mundo de la tecnología y los negocios. Y esto es sólo el principio. En 2021, se espera un ahorro de cerca de 19 billones de dólares como resultado de la reducción del consumo de energía y emisiones atmosféricas, consecuente de la aplicación de la tecnología a favor de ciudades eficientes (Real Readers 2016). Y aunque parezca una utopía, Singapur, Barcelona, Londres, San Francisco y Oslo ya lideran el mundo en la evolución tecnológica y creemos que seguirán avanzando de forma considerable.

Esta necesidad se ve acelerada por el fuerte crecimiento de las mega ciudades - territorios urbanos con una población superior a diez millones de habitantes - que requieren un rápido desarrollo de infraestructuras, servicios públicos y sostenibilidad medioambiental. Si bien los países desarrollados están utilizando la tecnología para hacer sus ciudades más eficientes y atractivas para vivir, visitar e invertir, los países en desarrollo buscan soluciones digitales que les permitan responder al crecimiento masivo actual y futuro de la población, la migración rural a los centros urbanos y la escasez de recursos.

Lo que antes era una noción previsora es ahora normal: la tecnología es tan esencial como el agua, el gas y la electricidad. La revitalización de una ciudad envejecida o su edificación en zona rural o no urbanizada debe dar prioridad a la aplicación de la tecnología desde una etapa temprana, así como otras utilidades, integrando un enfoque holístico y orientado a servicios inteligentes para la revitalización de los centros urbanos.

La propia Unión Europea está en alerta sobre tal cambio y ha decidido conceder 1,7 millones a la ciudad de Lisboa para implementar medidas que hagan que la ciudad sea más sostenible. Este programa - Sharing Cities - comenzó en 2016 y tiene como objetivo llevar a Lisboa, Londres y Milán a testar soluciones en un plazo de cinco años, y sirvan de ejemplo a las siguientes tres ciudades. Como resultado, los cambios deberían extenderse al resto de Europa.

El éxito de las ciudades y territorios digitales depende de la convergencia para la gestión integrada de operaciones, que debe ocurrir desde un punto de vista físico -con todos los decisores críticos concentrados en un mismo espacio- y desde un punto de vista digital- con plataformas de inteligencia urbanas que integren las diferentes verticales de las distintas soluciones operativas de una ciudad. Por lo tanto, es imprescindible administrar de forma eficiente y rigurosa toda la información recogida, siendo parte de la historia, obtenida en tiempo real. En este caso, véase el ejemplo de Cascais, donde, en julio de 2016, nació MobiCascais, una plataforma integrada de movilidad que rompió con el modelo de movilidad tal y como lo conocemos hoy en día.

Este proyecto, realizado en colaboración con Kaizen Institute, tiene como objetivo crear un ecosistema de movilidad único para el usuario final, yendo de un enfoque basado en la oferta a una perspectiva centrada en el viaje del cliente. La plataforma permite al usuario elegir su combinación de soluciones de movilidad basadas en el confort, la comodidad, el tiempo, el coste y la huella ecológica generada. El proyecto pretende integrar diferentes opciones de transporte - automóvil, tren y autobús - añadir 1.200 bicicletas, 5 líneas de autobuses de soporte y más de 21.000 plazas de aparcamiento.

Los beneficios son innegables y muy convincentes. En la próxima década, se espera que los cambios resulten en una reducción del 50% del consumo de energía y un 80% del consumo de agua, así como una reducción del 20% del tráfico y tasas de delincuencia (Elfrink 2012).

Si bien desempeña un papel facilitador de importancia crítica, la tecnología por sí sola no es una solución a menos que esté ligada a una gestión inteligente, negocios disruptivos y ciudadanos motivados (The Economist 2016). Corresponde a los gobiernos de cada país desempeñar un papel clave en la evolución tecnológica en la vida de la población y la sostenibilidad de la implementación implica que los decisores lleven a cabo este proceso de acuerdo a las expectativas tecnológicas del ciudadano que busca disponibilidad, accesibilidad y seguridad.

La aplicación de las metodologías KAIZEN™ en paralelo con el movimiento de transformación digital en las ciudades y territorios es obligatoria. Es necesario integrar sus principios básicos en el modelo de gestión empleado por los decisores, con el fin de maximizar el valor entregado al ciudadano y la constante eliminación de desperdicio. Vivimos en una era donde es crucial hacer más con menos, asumiendo una notoria escasez de los recursos naturales de nuestro planeta. Este problema lleva a la necesidad de enfoques transversales, integrados, fáciles de entender y eficientes. Los decisores deben dominar toda la cadena de valor y los enfoques de gestión (movilidad, transporte, desperdicio, energía y agua, entre otros, maximizando la eficiencia y poniendo siempre al ciudadano en el centro de la estrategia).

En un mundo donde existen infinidad de desafíos y oportunidades, es esencial comprender que los resultados a través de la tecnología serán mejores a medida que aumenta el nivel de excelencia organizacional y operacional de una ciudad o territorio. Las limitaciones asociadas al funcionamiento inteligente de ciudades enteras demuestran que estamos al principio del camino. Sin embargo, la buena noticia es que el futuro es ya mañana y no tenemos más que la opción de estar preparados.

Bibliografía:

Elfrink, W. (2012). The smart-city solution. McKinsey&Company Articles.

The Economist. (2016). Startup My City – Smart and sustainable cities: opportunities and challenges

Khanna, P. (2016). Urbanisation, Technology and the Growth of Smart Cities

Real Readers. (2016). Europe Dominates 2016 ‘Smart City” Leaderboard

ONU Habitat (2016). World Cities Report

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