Básicamente se debe a la forma en que el líder actúa junto a su equipo.
En el programa “Jefe Infiltrado”, los ejecutivos alteran su imagen, nombre y “vida” y se hacen pasar por trabajadores recién incorporados, con el fin de conocer el funcionamiento de la empresa y los desafíos profesionales y personales de los propios empleados.
Esta experiencia es interesante, porque permite al líder conocer mejor a los trabajadores y comprender la forma en que trabajan. Este conocimiento profundo de la realidad de la organización, adquirido en el terreno, debe ser una preocupación transversal a todas las áreas de actividad y departamentos.
De este modo, para quien dirige un equipo en una oficina o coordina una red de tiendas, por ejemplo, es fundamental:
Conocer la empresa y sus trabajadores: Es fundamental que el líder asuma como práctica frecuente ir al terreno, lo que le reportará beneficios a su liderazgo y, a su vez, rentabilidad a la organización. En las empresas en que la toma de decisiones depende de datos recogidos por terceros, el conocimiento es, a menudo, sesgado por todas las excepciones que caracterizan el día a día. De este modo, es importante mantener el contacto directo con los trabajadores y la empresa, transmitiendo al líder una visión más real de la operación.
Verificar procesos utilizados: Una de las buenas prácticas de los líderes es confirmación de proceso, o walk the talk. Mostrar cómo se hace, en lugar de contar cómo se hace. Es fundamental crear rutinas de visita al terreno y seguimiento a los trabajadores con el objetivo de verificar si se están siguiendo los procesos y si se están alcanzando los resultados. El líder debe hacer este trabajo de forma periódica, optando por un seguimiento estructurado, utilizando por ejemplo una check list y escuchando siempre las opiniones del trabajador. El objetivo de esta metodología no es controlar a los trabajadores, sino verificar si los procesos se aplican de forma eficiente.
Identificar desvíos y actuar: Este método permite aumentar la capacidad de cuestionar prácticas de trabajo actuales y la posibilidad de corregir desvíos en la forma de trabajar, garantizando que los trabajadores ejecutan las tareas de acuerdo con los procesos instituidos en la Organización. En caso de no hacerlo, es posible identificar las causas e implementar accines correctivas, permitiendo identificar lagunas de conocimiento. Así, disminuyendo la distancia entre líder y lugar donde se llevan a cabo los procesos, a un líder le será posible actuar en una fase inicial, con resultados visibles para la productividad de la empresa.
