Un buen equipo vale más que un buen talento

Un buen equipo vale más que un buen talento

¿Cuántas veces hemos asistido a partidos de fútbol con apuestas millonarias por un equipo que cuenta con súper estrellas y grandes talentos, frente a un adversario, en teoría, más modesto, y al final David derrota a Goliath?

El resultado nos recuerda que la organización y el trabajo de equipo son más fuertes que el talento de cada individuo. En el mundo empresarial, igual que en el deporte, el éxito reside cada vez más en el espíritu y capacidad que proviene del colectivo, y que permite simplificar y resolver problemas. El mercado exige a los profesionales destreza para solucionar problemas y, al igual que los mejores entrenadores, se pide a los gestores que asuman el papel de “entrenadores empresariales”, trayendo la mejor táctica, orientando y organizando sus equipos para vencer las adversidades más desafiantes.

Solo a través de ese entrenamiento, se formarán verdaderos equipos compuestos por profesionales inmunes a la contrariedad, con aptitudes para detectar la raíz del problema, que revelen una actitud proactiva, normalizada y sistemática para atacar la dificultad y evitar su reincidencia. La ausencia de una verdadera cultura organizacional enfocada en la resolución de problemas, tiene consecuencias nocivas. Desde luego, para los propios trabajadores que tienen que tienen que lidiar con situaciones para las cuales no están preparados y que, por eso mismo, acaban por sucumbir al estrés. El desempeño de la organización también se resiente, en la medida en que implica trabajo duplicado, quiebras y roturas, bloqueo de recursos y stocks elevados. El primer paso reside en la importancia de encontrar las causas- raíz del problema, percibir qué falló y, sólo después de eso, empezar a proponer soluciones y a definir acciones de mejora.

De cara a aumentar el conocimiento y la capacidad de los equipos de trabajo – desde el área operacional, hasta los departamentos de soporte – para la resolución de problemas, importa capacitar a los profesionales para observar de forma crítica sus áreas, métidos, productos y creando ideas innovadoras. Existen soluciones interesantes para gestionar visualmente los problemas que van surgiendo. Por ejemplo, la implementación de un “cuadro de problemas” – en el que cada problema corresponde con un post-it, asociado al respectivo estado: “por resolver”, “resolución en curso”, “resuelto a la espera de verificación”- y la adopción de etiquetas rojas- usadas para identificar, por ejemplo, herramientas y objetos que no estén en condiciones de trabajo o que sean innecesarios – son ejemplos de técnicas que permiten transformar las adversidades en oportunidades para la mejora de procesos, de la calidad y del nivel de servicio prestado.

 

Problemas:

˃ Problemas recurrentes no analizados;

˃ Definición de soluciones sin análisis de la causa raíz de los problemas;

˃ Inexistencia de dinámica de equipo para el análisis de problemas;

˃ Altos costes: duplicado del trabajo, quiebra de productividad, roturas de stock y, en última instancia, pérdida de clientes debido a un producto/ servicio ineficiente;

˃ Bloqueo de recursos: los trabajadores consumen gran parte del tiempo intentando solucionar problemas;

˃ Stocks elevados derivados de la ausencia de confianza en los procesos actuales;

˃ Estrés que afecta a los distintos departamentos de las organizaciones – operacionales y administrativas-, justificado por el hecho de tener que enfrentarse a situaciones anómalas para las cuáles no están preparados.

 

Solución:

˃ Capacitar los equipos para observar de forma crítica sus áreas, métodos, productos y servicios, desarrollando soluciones de mejora o creando ideas innovadoras;

˃ Adoptar herramientas de calidad que ayudan a crear el hábito de hablar con datos, abandonando así, la toma de decisiones basada en el “creo que…”;

˃ Gestión visual de los problemas en curso de análisis;

˃ Práctica sistemática para la resolución de problemas con identificación de la causa raíz;

˃ Creación de momentos para debate y sugerencia de mejoras.

 

Beneficios

˃ Mejora de la calidad y del nivel de servicio prestado;

˃ Reducción de costes;

˃ Cultura de mejora de procesos basada en una postura proactiva para la resolución de problemas;

˃ Motivación de los equipos.

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